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Fax, memes y tiempo real
La cobertura de los mundiales de fútbol
Ariel Tiferes
A todos los que tuvimos hijos en las últimas décadas nos cuesta explicarles que Internet no existió siempre. Que cuando nosotros éramos chicos no podíamos elegir qué ver y en qué momento.
Sin embargo, los cambios en la evolución de la red en la Argentina pueden notarse si uno establece algunos períodos de tiempo concretos y reconocibles. Por eso, en este artículo voy a detenerme en algunas características de esas transformaciones en la tecnología y en los modos en que consumimos información, a través de los mundiales de fútbol.
Como ingresé en la sección digital del diario La Nación en 1997, me tocó participar de todas las producciones y coberturas que el medio hizo sobre las Copas del Mundo hasta 2014 (en el último Mundial en Rusia ya trabajaba en otro medio –A24.com–, pero también fui responsable de los contenidos deportivos durante ese torneo).
Cuando el 18 de diciembre de 2022 se juegue el último partido del Mundial de Qatar se cumplirán exactamente 27 años desde que un diario de tirada nacional publicara por primera vez en la web (primero lo hizo el periódico Los Andes de Mendoza y luego lo hicieron La Nación y Clarín).
El dato, que puede parecer menor, sirve para poner en contexto lo limitado que era trabajar en Internet en aquellos años.
En su nacimiento, la página de lanacion.com.ar (La Nación Line en aquel entonces) era una simple página en HTML que se armaba “artesanalmente”. Solo tenía una home (con el logo del diario y un pequeño banner publicitario) y un puñado de notas de la edición impresa que se construían manualmente.
Esas primeras páginas de los comienzos, que recibían unas mil quinientas visitas diarias, se armaban “a mano” con código y no se publicaban automáticamente como funciona hoy cualquier CMS (Content Management System, que es lo que habitualmente se llama sistema de publicación de contenidos o publicador).
Para lograr que un artículo o la home de la URL de lanacion.com se actualizara era necesario subir los archivos con un programa FTP (file transfer protocol). En aquel entonces el diario trabajaba principalmente con dos servidores, uno en la Argentina y otro en Estados Unidos.
La mala noticia, sobre todo para aquellos que trabajábamos en esos primeros años en “la pecera” –como se llamaba coloquialmente el pequeño espacio al costado de la redacción del diario en papel en la calle Bouchard–, era que para que se completara la transferencia al servidor de los Estados Unidos se necesitaban por lo menos un par de horas, lo que tenía como consecuencia que el equipo nocturno terminara de trabajar recién en la madrugada de un nuevo día.
Roberto Solans, periodista de mil batallas en la redacción y artífice del desembarco del diario en Internet, recordó hace unos años en una nota del diario cómo se decidió que La Nación se le adelantara a Clarín como primer diario nacional en la red:
Corría la voz de que nuestra competencia había contratado a 25 expertos españoles para sacar el diario en la recién llegada Internet el 1° de marzo de 1996, a un costo de 250.000 dólares. “¿Se animan a hacer lo mismo para esa fecha?”, nos preguntaron. “Sí”, respondimos al unísono, honrando aquel consejo de algún sabio veterano: “Aquí nunca digas que no”. Y salimos corriendo a averiguar qué era Internet.
Francia 98: Del fax a la transmisión minuto a minuto
Para el comienzo de la Copa del Mundo que se disputó en Francia en 1998, los medios argentinos en Internet no contaban con noticias actualizadas. Esto es: todos los días los usuarios podían leer los mismos artículos que tenía la edición del diario impreso, pero si algo sucedía durante la jornada, el lector tenía que esperar hasta el día siguiente para enterarse de las novedades.
Es más: una de las tareas más importantes que tenía la sección digital de aquel entonces era armar La Nación Fax, un resumen de ocho páginas que se le enviaba a suscriptores de todo el mundo mediante ese sistema, con las noticias más destacadas de la edición impresa.
La primera aproximación a consumir información “en tiempo real” fue durante las eliminatorias del Mundial de Francia en abril de 1996. Los usuarios de La Nación Line pudieron, durante el partido que la Argentina jugó ante Bolivia, enterarse de lo que pasaba en el campo de juego a través de pequeñas actualizaciones que se hacían cada quince minutos. Para eso, se generaba un archivo en un procesador de texto con un breve comentario del partido y luego se actualizaba la información en un HTML simple, que posteriormente había que transferir por FTP a los servidores.
2002: Meses de preparación para un rápido adiós
La Copa del Mundo de Corea y Japón fue la primera que se disputó con los sitios de Internet informando en tiempo real. La particularidad de la cobertura fue, además, que los horarios de los partidos obligaban a un operativo especial.
La producción para ese certamen fue algo incomparable hasta esa fecha. Tanto para la versión digital, como la versión on line. Así recordó Daniel Arcucci en su blog la apuesta que movilizó a trece periodistas a Oriente:
En La Nación habíamos preparado una cobertura revolucionaria, aprovechando los contratiempos que ofrecía el horario al revés de Oriente: dos ediciones diarias, una matutina y una vespertina, gratis, durante toda la competencia, que se sumaban a las 95 ediciones previas al comienzo del Mundial.
En digital, mientras tanto, la apuesta no fue menos ambiciosa: durante meses se trabajó en un especial que contaba en forma visual la historia de todos los mundiales con videos (una proeza para tiempos de dial up), infografías interactivas hechas con la herramienta Flash –que en la actualidad ya no existe más– y la particularidad de mostrar los goles de los encuentros con animaciones. Ese esfuerzo se esfumó en apenas diez días, que fue el lapso de tiempo que demoró la selección de Marcelo Bielsa en ser eliminada.
2006: El Mundial del blog y las comunicaciones 3G
La Copa del Mundo que se disputó en Alemania coincidió con el auge de los blogs en el mundo. Sin el desembarco masivo de las redes sociales (Facebook, Twitter y Youtube ya existían, pero sin la penetración que tienen hoy), los blogs acaparaban la atención de todos los que querían publicar información sin tener que depender de grandes estructuras.
Por eso una de las decisiones que tomó La Nación era hacer propio este formato y mandar por primera vez un enviado especial de la sección digital para esa cobertura. Y no solo eso: la información que allí se publicaría no sería sobre el breaking news de la selección argentina. Todo lo que se contó en ese blog, y que me tocó coordinar desde Europa, era el lado B de la Copa.
Además de la cobertura “color” que tuve a cargo junto a Matías Martin, que viajó como colaborador exclusivo para esa plataforma, también se sumaron los análisis exclusivos para la edición on line de los especialistas Juan Pablo Varsky, Víctor Hugo Morales y Román Iucht.
Otra de las particularidades de este Mundial fue el uso de las tarjetas con datos móviles para enviar información. Si bien desde Corea y Japón ya se utilizaba en los centros de prensa el wifi, por primera vez los periodistas podían trabajar y comunicarse en tiempo real con la redacción en Buenos Aires sin tener que estar obligados a permanecer en un lugar fijo. Gracias a una pequeña (o por lo menos lo parecía en aquel entonces) tarjeta-módem que se enchufaba a nuestras laptops todos los periodistas que cubríamos la Copa podíamos conectarnos a la red en cualquier lugar de Alemania.
Así, por ejemplo, Daniel Arcucci –responsable de la cobertura para las dos plataformas–, podía seguir trabajando inclusive desde los trenes de alta velocidad mientras viajaba de Herzogenaurach (el lugar donde se estableció la selección argentina) hasta el centro de prensa general del certamen en Múnich.
2010: Twitter y más enviados de videos
Los enviados especiales a Sudáfrica 2010 corremos el riesgo de que nuestro recuerdo más fresco del Mundial, dentro de un tiempo, sea el de dos pulgares tipeando 140 caracteres por vez en la pantalla de los teléfonos móviles. Recurrir a Twitter y a todos sus neologismos (tuiteos, twitteos, tweets…) para compartir la experiencia del Mundial ha sido una decisión de muchos medios y periodistas para consignar qué vemos, qué pensamos y qué nos pasa en este universo conformado por 64 partidos de fútbol.
Esto que escribió el periodista Marcelo Gantman apenas terminado el torneo refleja la trascendencia que tuvo esa red social en ese torneo.
Así lo recuerda Alejo Vetere, editor de canchallena.com (en aquel entonces el sitio de deportes de La Nación) y enviado especial:
Twitter fue la gran estrella de la cobertura y gran parte de la logística del armado periodístico giró alrededor del pajarito celeste. Eran pocos los que hablaban de esta red social en el Mundial anterior, pero en 2010 se metió como la gran herramienta para contar en tiempo real lo que estaba pasando. Un dato: casi ninguno de los enviados tenía cuenta un año antes del Mundial y fue un pedido de la dirección de la redacción que se crearan un usuario en esa red para poder realizar la cobertura con los estándares de calidad que todos pretendíamos. Desde la cuenta oficial del diario se mencionaría la cuenta especial de los enviados y la idea era que fuera recíproco: un show de tuits, retuits y tuits citados.
Sudáfrica 2010 se preparó, además, con un condimento especial en la redacción. Era la oportunidad de tener juntos a Messi y Maradona. Por eso La Nación apostó por un equipo fuerte para la cobertura especial. Fue la primera vez que hubo cuatro enviados especiales exclusivos de la web en un evento deportivo: dos periodistas, y dos realizadores multimedia (que hacían foto o video).
2014: La edición de contenido en la computadora de bolsillo
Si bien el uso de celulares como herramienta de trabajo para consumir y producir información existía desde hace años, no fue hasta el Mundial de Brasil que el uso de los smartphones se observó como algo cotidiano para todos los enviados especiales al país vecino.
Jeremías Prevosti, redactor de La Nación enviado a Río de Janeiro recuerda:
La diferencia quizá de 2010 es que el contenido audiovisual en redes empezó a tener mucho más furor. A pesar de que teníamos camarógrafos profesionales que nos acompañaban, el hecho de poder grabar pequeñas cápsulas de video en cualquier lugar por el que nos moviéramos nos permitía generar un contenido espontáneo para las redes sociales, que luego se iba a transformar en un artículo más extenso o un video para difundir en el sitio.
2018: Memes, Instagram stories y la experiencia en tiempo real
Con la inmediatez de las comunicaciones y la posibilidad de editar contenido casi profesionalmente con un celular, el formato que llegó para quedarse tras el Mundial de Rusia fueron las historias en video vertical para redes sociales para consumo desde el móvil, que primero popularizó Snapchat, pero que para el Mundial de 2018 también habían llegado a Instagram.
Javier Lanza, periodista que viajó a esa Copa y realizó una cobertura diaria utilizando este formato recuerda:
Si los Juegos Olímpicos de Río fueron el boom de Snapchat y cómo los periodistas creaban contenido exclusivamente para esa plataforma, lo de Rusia fue similar pero en Instagram, en casi todo el mundo la llegada de esa red social tiene más alcance. Instagram fue, con sus historias, el foco de los periodistas para llegar a un público más joven acostumbrado a consumir esa plataforma por sobre otros medios tradicionales como la radio o la televisión.
La apuesta al humor. Como responsable de la cobertura en A24.com y con menos presupuesto que cuando trabajaba en La Nación, el objetivo de la cobertura fue diferenciarse: ¿Cómo competir con los medios que tenían decenas de enviados? La apuesta fue no tratar de ganar con la información de último momento sino a través del humor. Así fue como, en lugar de comentar a lo que sucedía con el lenguaje formal, un grupo de especialistas en humor en las redes sociales como Alexis Moyano, @chulengol y @elmalaguero lograron generar rápidamente empatía para transmitir lo que sucedió, desde un lugar más amigable.
2022: ¿El Mundial de TikTok?
Así como en 2006 fueron los blogs, en 2010 Twitter y en los últimos dos mundiales la hegemonía de las coberturas se las llevó Instagram, la próxima Copa del Mundo que se disputará en Qatar promete tener a la red social china como máxima protagonista.
No hay que hacer demasiada futurología. No solo TikTok fue la aplicación que más descargas tuvo a nivel mundial en el último año, también fue la que más rápido alcanzó los mil millones de usuarios.
¿Más datos? Según eMarketer, en 2020 la plataforma superó a Facebook e Instagram en la permanencia de usuarios dentro de las aplicaciones: 38,6 minutos diarios en TikTok, cuatro minutos más que los 34,6 minutos de Facebook.
Cuando el 18 de diciembre el capitán de alguna selección levante la Copa en Qatar sabremos si se cumple el pronóstico.